Monos utilizando piedras para diferentes actividades: desenterrar raĆces, cortar plantas, abrir frutos, no es una novedad. Lo que sĆ llega a serlo es el resultado de una reciente investigaciĆ³n, la cual sugiere que existen macacos utilizando frecuentemente piedras para frotarlas alrededor de sus genitales, algo muy parecido a un juguete sexual para āmasturbarseā.
Un artĆculo publicado en la revista Ethology respalda esta informaciĆ³n. Los investigadores estudiaron a 173 monos de cola larga que viven en o cerca del Santuario del Bosque Sagrado de los Monos en Ubud, Indonesia.
Ellos observaron que los macacos golpeando y frotando piedras en sus genitales y en el Ć”rea de la ingle. Este comportamiento llevĆ³ a los investigadores a la hipĆ³tesis del Ā«juguete sexualā.
Monos en busca del placer
Los apuntes destacan que los monos machos jĆ³venes eran mĆ”s propensos a esta prĆ”ctica que los machos mayores. Luego de frotar las piedras en sus genitales, a menudo se identificaron respuestas fisiolĆ³gicas sexuales, como una erecciĆ³n. TambiĆ©n encontraron que las acciones con la piedra estaban asociadas con otros comportamientos sexuales, como el montaje.
SegĆŗn The New York Post, este estudio no es el primer informe de masturbaciĆ³n asistida por objetos en animales salvajes. Sin embargo, proporciona una nueva evidencia de que, en algunos casos al menos, los animales parecen usar herramientas simplemente para darse placer.
Estos datos, para los investigadores, apoyan la teorĆa del comportamiento en cuestiĆ³n estaba āsexualmente motivadoā. Lo que significa que los monos parecĆan estar realizando Ā«una forma de masturbaciĆ³n auto-dirigida, asistida por herramientasĀ», dice Camilla Cenni, estudiante de doctorado en la Universidad de Lethbridge en CanadĆ” y autora del estudio citada en The New York Times.
El artĆculo destaca que la masturbaciĆ³n de los monos no estĆ” directamente vinculada a la supervivencia. Es decir tienen aspectos Ā«placenterosĀ» o Ā«auto-gratificantesĀ», como Ā«actividades lĆŗdicas y sexuales subyacentesā.
Ā«Los datos son muy convincentesĀ», dijo Elisabetta Visalberghi, experta en cogniciĆ³n de primates del Instituto de Ciencias y TecnologĆas Cognitivas del Consejo Nacional de InvestigaciĆ³n de Italia. Ella no participĆ³ en la investigaciĆ³n pero asegura que lo que encontraron los investigadores reconoce que āhabĆa algo sexual pasandoā. No obstante, advierte queĀ Ā«el placer de la masturbaciĆ³n es muy difĆcil de evaluarĀ».
Con informaciĆ³n de | The New York Times/Insider