Plaga de langostas invade al este de África

En la reserva nacional de Shaba, en el centro de Kenia, una nueva especie se ha apropiado del parque, las langostas.

Los guardabosques manifestaron que «de repente llegó una nube enorme que hasta tapaba el sol», la cual era una de las bandadas de la gran plaga de langostas del desierto que asola hasta ahora parte de Somalia, Etiopía y Kenia.

Las langostas, unos insectos voladores parecidos a los saltamontes que viajan en manada, causando gran devastación a las zonas verdes que invaden, han venido a millones.

El asesor para alerta, acción, preparación y respuesta temprana de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Sergio Innocente aseguro que es la peor situación registrada en los últimos 25 años en Somalia y Etiopía, y la peor en 70 años en Kenia.

En el lugar donde Githonga sigue trabajando en la construcción de un decorado para una película en un parque que ya acogió el rodaje del famoso filme «Memorias de África» (1985), ya solo quedan los restos: decenas de langostas masacradas en el camino por el paso de un coche y una decena posadas en algunos arbustos.

Isiolo, donde se encuentra esta reserva, es uno de los ocho condados kenianos, del norte y del centro del país, que desde finales del año pasado viven el paso de estos insectos, que viajan en bandadas de hasta 150 millones de individuos y pueden recorrer hasta 150 kilómetros al día, es decir, que si quisieran, podrían llegar a Ciudad del Cabo (Sudáfrica) en menos de mes y medio.

El riesgo inminente, no obstante, es su cruce a Uganda y Sudán del Sur, dos países que vieron por última vez al animal hace 60 años.

Las langostas del desierto es una especie invasora, que llegó a Somalia en julio de 2019 del otro lado del Mar Rojo.

Stephen W. Njoka, el director para el este de África de la Organización para el control de la langosta del desierto (DLCO), un organismo regional registrado bajo la ONU, manifestó que «cuando hay buena vegetación migran, pero originalmente no es eso lo que les ha traído aquí: estaban huyendo de donde se habían reproducido hacia otra zona, llegaron, encontraron comida y se quedaron»,

Las zonas afectadas, principalmente desérticas, viven un verdor atípico para la actual temporada seca, provocado por las lluvias que caen de forma casi incesante desde octubre.

Éstas, junto a la dirección del viento, han formado «unas condiciones climáticas favorables» para la migración de esta especie tan destructiva, y que desde hace más de una década no se ha visto por esta región, que no sale de una temporada mala de cultivos para meterse en otra.

Los efectos de la plaga aún no se pueden contabilizar, pero la FAO considera que, de momento, no hay un gran impacto en los cultivos, aunque si la situación continúa, lo que es muy probable, sí corren peligro las cosechas de los próximos meses.

FUENTE: EFE