De Ecuador a la Sinfónica de Viena: Álvaro Panchi, el profesor que forma niños en música clásica, visitó esTAmañana

Álvaro Panchi, es un latacungueño cuya familia está conformada por músicos. Aprendió a tocar violín a los cinco años gracias a su padre y desde entonces supo que su sueño era estudiar música en el extranjero. Ahora lidera un proyecto para formar niños en música clásica en el país.

A los 14 años empezó a tocar en la Orquesta Sinfónica Nacional. Allí conoció a un maestro suizo que le recomendó ir a Viena para formarse, contó este miércoles 11 de junio del 2025 en el matinal esTamañana, de Teleamazonas.

Cinco años después, a los 19 años, viajó empezó su travesía para estudiar en Viena y allí se quedó por un lapso de nueve años. “Me voy solito, sin conocer a nadie, sin tener contactos”, sentenció.

Panchi siempre fue admirador de orquestas como la Sinfónica de Berlín y la Sinfónica de Viena. De hecho cumplió su sueño y tocó con la Orquesta Juvenil de Viena, con quien hizo recorridos por Alemania e Italia. Incluso a los 21 años estuvo en una gira por Japón.

“Logro tener un espacio en Europa, pero no me sentía contento. Decía si yo logré esto sin tener una guía, las personas que vengan después de mi llegarán más lejos”, comentó.

Líder del proyecto de Bellas Artes en Ecuador

Álvaro es violinista de profesión, pero tiene conocimiento de cómo formar niños. Tras su éxito en Europa, decidió volver a Ecuador y empezar un proyecto para formar niños en música clásica.

Al llegar al país, reunió a los mejores profesores de música y los convenció de crear el proyecto con el que esperaba ver resultados a 10 años. Sin embargo, los resultados llegaron antes. Uno de sus primeros alumnos logró viajar a Verna, para estudiar música.

El programa de su escuela se enfoca en formar de forma integral a los niños, destacando el oído y el ritmo interno. Panchi recomienda a los padres a incentivar a los niños a estudiar música, pues es una habilidad que ayuda a desarrollar ambos hemisferios del cerebro a través del ritmo.

Otro beneficiario de esa escuela es Ángel Guaraca, un niño de ocho años, que logró la habilidad de identificar el sonido de todas las notas. El menor ganó en 2024 un concurso de piano en Medellín.