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El Nobel de Literatura premia la escritura apocalíptica del húngaro László Krasznahorkai

László Krasznahorkai confesó que inicialmente quiso escribir sólo un libro y no convertirse en escritor. El húngaro estudió Derecho y Filología

El húngaro László Krasznahorkai estudió Derecho y Filología

EFE

Autor

Copenhague, EFE

Actualizada:

09 oct 2025 - 10:23

El Nobel de Literatura ha reconocido este jueves al húngaro László Krasznahorkai "por su obra convincente y visionaria que, en medio del terror apocalíptico, reafirma el poder del arte".

La Academia Sueca destacó que el segundo autor húngaro en ganar el premio, después de que Imre Kertesz lo obtuviera en 2002, es un "gran escritor épico en la tradición centroeuropea que va desde Franz Kafka a Thomas Bernhard" y cuya obra destaca "por el absurdo y los excesos grotescos".

Krasznahorkai figuraba en la lista de favoritos de las quinielas previas y de las casas de apuestas, junto a otros autores como la china Can Xue y el australiano Gerlad Murnane.

Maestro del apocalipsis

Nacido en Gyula (sudeste de Hungría, 1954), estudió Derecho entre 1973 y 1978, pero acabó dejándolo para alternar distintos empleos, como minero y vigilante de seguridad, a la vez que desarrollaba su gusto por la escritura.

En 1977 inició sus estudios de Filología Húngara en la Universidad de Budapest y comenzó a publicar en varias revistas literarias.

Su primera novela, 'Tango satánico' (1985), relata la historia de un grupo de personas que vive en una granja colectiva abandonada poco antes de la caída del comunismo: fue una sensación literaria en su país y sería llevada al cine una década después, la primera de sus colaboraciones con el director Béla Tarr.

El 'maestro del apocalipsis', como lo definió la crítica literaria estadounidense Susan Sontag, publicó luego 'Melancolía de la resistencia', una "fantasía del terror" sobre la lucha entre el orden y el desorden, según resalta la Academia en su motivación.

'El barón Wenckheim vuelve a casa' (2016), sobre un barón adicto al juego y arruinado que quiere volver a Hungría tras vivir exiliado en Argentina, está considerada otra de sus grandes novelas.

Krasznahorkai ha recurrido también a la tradición oriental en su obra, buscando un estilo más contemplativo y de tono mesurado, como queda reflejado en 'Al norte la montaña, al sur el lago, al oeste el camino, al este el río' (2003) e 'Y Seiobo descendió a la Tierra' (2008).

Convertido en escritor de culto en la última década, su visión apocalíptica es relacionada por algunos críticos con la pérdida de valores del régimen comunista y, luego, con la visión de una civilización occidental en declive.

Una elección "esperada" y "predecible"

La elección de Krasznahorkai fue recibida sin sorpresas en Suecia, y aunque el reconocimiento a su literatura es generalizado, algunas voces critican su designación por ser previsible.

Así, la emisora pública Radio Suecia, señaló que el premio era "esperado" y resaltó la complejidad de su narrativa y su estilo "único".

El tabloide Expressen calificó su elección como "la mejor en años", mientras que Dagens Nyheter, principal diario sueco, la tildó de "impecable" pero a la vez "muy esperada".

Tras la "excursión geográfica" que supuso el triunfo el año pasado de la surcoreana Han Kang, la Academia ha decidido con Krasznahorkai volver a su "lugar feliz", en alusión a que se trata de un autor del centro de Europa, como gran parte de los premiados en la historia del Nobel de Literatura, resalta Dagens Nyheter.

Krasznahorkai sólo quería escribir un único libro

En sus primeras declaraciones tras conocer la noticia del Nobel, Krasznahorkai confesó a Radio Suecia que inicialmente quiso escribir sólo un libro y no convertirse en escritor.

"Sólo quería escribir un libro, no quería ser escritor, porque no quería ser nadie", dijo.

Krasznahorkai relató en conversación telefónica que años después de publicar su primera novela, sintió que no era perfecta y que quería mejorar su estilo, por lo que decidió escribir otro libro, un proceso que se fue repitiendo de forma sucesiva.

"Mi vida es una corrección permanente", declaró el autor húngaro.

Krasznahorkai dijo sentirse "muy feliz" por el premio y "tranquilo y muy nervioso a la vez".

"Es el primer día de mi vida como ganador del premio Nobel. No sé qué va a ocurrir en el futuro", afirmó.