Bolsonaro promociona un cuestionado fármaco para el COVID-19

Después de meses defendiendo un fármaco antipalúdico como tratamiento para el nuevo coronavirus, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se ha convertido en un caso de prueba en vivo ante millones de personas, compartiendo videos en los que toma píldoras de hidroxicloroquina e insta a otros a hacer lo mismo. La eficacia del medicamento para este virus aún no se ha demostrado.

Bolsonaro dijo esta semana que había dado positivo en el virus, pero que ya se sentía mejor gracias a la hidroxicloroquina. Horas más tarde compartió un video de sí mismo tomando lo que describió como su tercera dosis.

“Me fío de la hidroxicloroquina”, dijo sonriendo. ”¿Y ustedes?”.

El miércoles volvió a proclamar los beneficios del fármaco en Facebook y afirmó que sus enemigos políticos querían que fracasara.

¿La cloroquina y la hidroxicloroquina son eficaces para tratar el COVID-19?

Una serie de estudios en Gran Bretaña y Estados Unidos, así como de la Organización Mundial de la Salud, han concluido que la cloroquina y la hidroxicloroquina son ineficaces contra el COVID-19. Además, que en ocasiones resultan mortales debido a sus efectos secundarios en el corazón. Varios estudios se cancelaron antes de lo previsto debido a los efectos perjudiciales.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha promocionado la hidroxicloroquina. Lo mencionó por primera vez el 19 de marzo durante una sesión informativa sobre la pandemia. Dos días más tarde, y un mes después del primer caso confirmado del virus en Brasil, Bolsonaro anunció que había dado instrucciones al Ejército brasileño para que redoblase la producción de cloroquina.

El ejército produjo más de 2 millones de píldoras -18 veces la producción del país en un año normal- a pesar de que la asociación brasileña de medicina de cuidados intensivos recomendaba que no se recetara, un consejo seguido por la mayoría de los médicos.

Hidroxicloroquina en Brasil

La Casa Blanca dijo el 31 de mayo que había donado 2 millones de píldoras de hidroxicloroquina a Brasil. Dos semanas después, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) revocó una autorización a su uso en urgencias, citando efectos secundarios perjudiciales y señalando que su eficacia era improbable.

El tribunal auditor brasileño pidió el 18 de junio una investigación sobre supuesto sobrecoste en la producción local de cloroquina, que describió como poco razonable dada la ineficacia del medicamento, y señaló a la decisión de la FDA. Entre tanto, tres estados se quedaron sin reservas de sedantes y otras medicaciones empleadas en cuidados intensivos, según un reporte presentado a finales de junio por el consejo brasileño de secretarías estatales de salud.

El ministro interino de Salud, un general del Ejército sin experiencia en salud antes de abril, apoyó la cloroquina como tratamiento del COVID-19 días después de asumir el cargo en mayo. Su predecesor, médico y consultor de salud, prefirió renunciar a hacer lo mismo.

68.000 muertos en Brasil por el COVID-19

Mientras seguía subiendo la cifra de muertos -casi 68.000 para el miércoles, la segunda más alta del mundo- el Ministerio de Salud distribuía millones de píldoras de cloroquina en el enorme territorio brasileño. Las pastillas han llegado a pequeñas ciudades con poca o ninguna infraestructura para gestionar la pandemia, e incluso a un remoto territorio indígena.

“Intentan utilizar al pueblo indígena como conejillos de indias para probar la cloroquina, utilizar a los indígenas para promocionar la cloroquina como ha hecho Bolsonaro en sus emisiones en video, como un hombre anuncio para la cloroquina”, dijo Kretã Kaingang, coordinadora de la organización indígena APIB, en declaraciones por teléfono desde la capital de Brasil, Brasilia.

En la ciudad más grande del país, Sao Paulo, tres médicos que atendían a pacientes de COVID-19 en hospitales distintos dijeron a AP que los pacientes solían pedir cloroquina, a menudo citando a Bolsonaro. En las últimas semanas, esas preguntas se habían hecho menos frecuentes después de que aparecieran dudas científicas sobre su eficacia, según dos médicos.

Los tres dijeron estar preocupados porque la promoción de Bolsonaro provocara una nueva oleada de pacientes y familiares desesperados pidiendo cloroquina.

Los partidarios y asesores de Bolsonaro han amplificado su mensaje. Eduardo Bolsonaro, hijo del mandatario y legislador federal, dijo que su padre vencerá a la enfermedad porque está tomando el medicamento contra la malaria.

“El tratamiento con cloroquina es bastante efectivo al inicio de la enfermedad (y debe estar disponible para cualquier brasileño que lo necesite)”, dijo parlamentario en Twitter, sin distinguir entre las dos clases de medicamento./AP

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