Las cámaras de la Corporación para la Seguridad Ciudadana de Guayaquil captan diariamente una realidad que no se puede ocultar. Los chamberos roban tapas de alcantarilla y medidores de agua para venderlos.
Se trata de un delito: «robo a bienes públicos», indicó Luis Ávila, jefe de Justicia y Vigilancia de Guayaquil.
Es por eso que las recicladoras están en el ojo de la tormenta, pues las autoridades afirman que un siguiente paso será su clausura.
Los propietarios de las recicladoras afirman que sí presentan las denuncias a las autoridades. Sin embargo, la realidad es que siguen llegando los chamberos con los objetos robados.
Por ejemplo, por una tapa de alcantarilla, que pesa aproximadamente 30 kilos, los chamberos reciben alrededor de siete dólares.
Entidades como Interagua, Municipio, CNT y CNEL trabajan en coordinación para cerrar establecimientos que compran estos objetos.
«La sanción puede llegar a clausura definitiva y el pago de una multa de hasta 100 salarios básicos», indicó Ávila.
Mientras tanto, si camina por Guayaquil, preste atención por donde da sus pasos. No vaya a ser que en algún momento se encuentre en el fondo de una alcantarilla que no tuvo tapa.
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