Otra final de la Copa de la Liga inglesa para el Manchester City. Otra dolorosa derrota en semifinales para el Manchester United.
El City derrotó a su acérrimo rival United por 2-0 en el Old Trafford el miércoles, gracias a los goles en la segunda parte de John Stones y Fernandinho, con lo cual quedó pactado un enfrentamiento con el Tottenham en la final del 25 de abril.
Para el técnico del City Pep Guardiola, eso significa otro enfrentamiento cara a cara con su viejo adversario José Mourinho, que busca poner fin a la sequía de 13 años sin títulos que agobia al Tottenham.
El City no tiene problemas similares. Contará con la oportunidad de llevarse su cuarto título consecutivo y el sexto en ocho temporada, en una competencia que el equipo prácticamente ha dominado a placer.
Un duelo abierto de principio a fin, que comenzó con tres goles anulados por fuera de lugar en los 24 minutos iniciales, se definió con tantos en jugadas a balón parado.
Stones envió el balón a las redes con su cadera en un tiro libre de Phil Foden a los 50 minutos, para que el City tomara ventaja en un estadio vacío.
Fernandinho aseguró el triunfo con una volea en el borde del área. El balón entró cerca del poste tras un débil cabezazo del defensa del United Aaron Wan-Bissaka.
El City repitió el triunfo que consiguió el año pasado en las semifinales frente al United. En aquella ocasión, la ronda de los cuatro mejores se disputó con duelos de ida y vuelta y no a partido único como ahora.
Se trató de una de las tres derrotas en semifinales para el equipo de Ole Gunnar Solskjaer. También perdió en la Copa de la FA y en la Liga Europa.
Los jugadores del City portaron camisetas retro con el número 8 en honor de Colin Bell, el exmediocampista del equipo que falleció el martes a los 74 años. Hubo un minuto de silencio y ambos equipos utilizaron brazaletes negros en homenaje al exjugador de la selección inglesa.