Corte deja a museo espaƱol conservar obra obtenida por nazis

Una corte de apelaciones dictĆ³ que una pintura de Camille Pissarro, que una mujer judĆ­a intercambiĆ³ con los nazis para poder escapar del Holocausto en 1939, puede permanecer como propiedad del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza en Madrid, que la adquiriĆ³ mĆ”s de medio siglo despuĆ©s.

La decisiĆ³n unĆ”nime emitida el lunes por un panel de tres jueces del Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito es la mĆ”s reciente, aunque podrĆ­a no ser la Ćŗltima, en un caso que ha pasado por las cortes de EspaƱa y Estados Unidos a lo largo de 20 aƱos.

La obra en cuestiĆ³n es ā€œLa Rue St. HonorĆ©, effet de Soleil, AprĆØs-Midi, 1898ā€, un Ć³leo sobre lienzo de una calle lluviosa en ParĆ­s que Pissarro creĆ³ viendo la escena por la ventana de su hotel. La pintura tiene un valor estimado de 30 millones de dĆ³lares.

El suegro de Lilly Cassirer la comprĆ³ directamente del marchante de obras de Pissarro y se la dejĆ³ a ella y a su esposo al morir. En 1939, la entregĆ³ a nazis a cambio de visas de salida para ella, su esposo y su nieto, quienes eventualmente llegaron a Estados Unidos. Su bisnieto, David Cassirer de San Diego, ha continuado con el litigio desde que muriĆ³ su padre.

Ni los herederos de Cassirer ni el Thyssen-Bornemisza disputan la historia de la pintura.

Lo que estĆ” en discusiĆ³n tantos aƱos despuĆ©s es si el barĆ³n Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza hizo un esfuerzo serio para determinar si la pintura era arte saqueado cuando se la comprĆ³ al propietario de una galerĆ­a de Nueva York en 1976 por 275.000 dĆ³lares.

TambiĆ©n si los curadores espaƱoles hicieron una revisiĆ³n exhaustiva para rastrear sus orĆ­genes cuando una fundaciĆ³n espaƱola sin fines de lucro la adquiriĆ³ en 1992, junto con cientos de otras pinturas de la colecciĆ³n del barĆ³n, para crear el museo madrileƱo que lleva su nombre.

Los herederos de Lilly Cassirer dicen que Ć©sta pasĆ³ aƱos tratando de recuperar la obra antes de concluir que estaba perdida y aceptar 13.000 dĆ³lares como compensaciĆ³n del gobierno alemĆ”n en 1958.

No fue sino hasta 1999 que su nieto Claude, quien recordaba vĆ­vidamente verla colgada en la casa de la familia en Alemania, la descubriĆ³ en el museo. Luego que EspaƱa se negĆ³ a entregarla, el nieto presentĆ³ una demanda.

El abogado Thaddeus Stauber, que ha representado al museo desde que el caso llegĆ³ a las cortes estadounidenses en 2005, elogiĆ³ la decisiĆ³n de esta semana, seƱalando que la pintura fue vendida y revendida a numerosos propietarios legĆ­timos y prominentes a lo largo de los aƱos antes de que el barĆ³n la adquiriera, y que nadie descubriĆ³ que habĆ­a sido incautada por los nazis.

Dijo que tampoco parecĆ­a que hubo esfuerzos por parte de Thyssen-Bornemisza o algĆŗn otro coleccionista de ocultarla del pĆŗblico.

ā€œHemos sido transparentes desde el principio de este caso, y estamos muy complacidos de que se haya hecho un juicio ahora y que haya llegado a una conclusiĆ³n en la que confiamosā€, dijo el martes.

SeƱalĆ³ que la familia Cassirer podrĆ­a presentar una nueva apelaciĆ³n ante el Noveno Circuito o incluso ante la Corte Suprema de Estados Unidos.

La familia no respondiĆ³ a una solicitud de declaraciones el martes, pero el presidente de la FundaciĆ³n de Sobrevivientes del Holocausto en Estados Unidos criticĆ³ la decisiĆ³n.

ā€œLos nazis asesinaron a mĆ”s de 6 millones de judĆ­os, incluyendo 1,5 millones de niƱos menores de 12 aƱos, y 105 miembros de mi familiaā€, dijo David Schaecter. ā€œĀæCĆ³mo es posible que EspaƱa luche tanto por negarle a una familia judĆ­a su precioso legado que fue robado por los nazis? ĀæY cĆ³mo es posible que una corte estadounidense ignore el trauma sin precedentes del Holocausto y recompense a EspaƱa por su codicia?ā€

Tanto el juez de distrito John Walter, en un fallo de 2019, como la corte de apelaciones en su fallo del martes, criticaron al barĆ³n y a la fundaciĆ³n espaƱola por no hacer mĆ”s para descubrir si la pintura era arte saqueado. Pero ambas cortes concluyeron que no habĆ­a pruebas de que alguno hubiese ocultado deliberadamente que lo era.

Ambas criticaron a EspaƱa por no cumplir con lo que calificaron como un ā€œcompromiso moralā€ para devolver arte saqueado por los nazis.

ā€œEs quizĆ” desafortunado que un paĆ­s y un gobierno puedan pavonearse de moralistas en sus declaraciones, sin apegarse a ellas. Pero ese es el estado de la leyā€, seƱalĆ³ la corte de apelaciones en su fallo