Un sƔbado por la tarde, Mahrous Mahmoud estƔ bien ocupado. Futbolista profesional, suda a mares, pero no corriendo detrƔs de una pelota, sino como vendedor callejero.
Normalmente en esta Ć©poca del aƱo Mahmoud defiende los colores de Beni Suef, un club de la segunda divisiĆ³n del fĆŗtbol egipcio. El coronavirus, sin embargo, lo dejĆ³ sin trabajo al suspenderse la actividad futbolĆstica.
Por ello, ahora se gana la vida en un mercado atestado de gente en el Alto Egipto. Hombro a hombro, la gente pasa de un puesto a otro mientras Ć©l prepara unos dulces parecidos a los panqueques.
Antes de la pandemia, Mahmoud ganaba unos 200 dĆ³lares al mes con el fĆŗtbol y hacĆa algunas cosas extras. PodĆa mantener a sus padres y a un hermano menor.
La liga suspendiĆ³ el torneo a mediados de marzo y la principal fuente de ingresos de Mahmoud se secĆ³. Egipto implementĆ³ una estricta cuarentena y cerrĆ³ cafĆ©s, centros comerciales y otros negocios para contener el virus. Su club les dijo a los jugadores que se quedasen en sus casas hasta que se reanudase la actividad.
Esa no era una opciĆ³n para Mahmoud ni para muchos otros en la regiĆ³n de Assiut, junto al Nilo. Su familia tiene que comer.
āHago lo que sea para darles de comerā, afirmĆ³.
El mercado de Manfalut, ciudad unos 350 kilĆ³metros (230 millas) al sur del Cairo, sigue abierto a pesar de la pandemia, lleno de gente que compra cosas para la cena, cuando los musulmanes suspenden el ayuno que hicieron durante el dĆa en el mes sagrado del RamadĆ”n. Los panqueques de Mahmoud, llamados qatayef en Ć”rabe, son uno de los postres favoritos que se consumen durante el RamadĆ”n.
Mahmoud volviĆ³ a su pueblo poco despuĆ©s de que entrase en vigor la cuarentena. BuscĆ³ trabajo pero no consiguiĆ³ nada como obrero de la construcciĆ³n. Antes de la crisis dice que conseguĆa trabajo fĆ”cilmente en la construcciĆ³n, ganando generalmente siete dĆ³lares el dĆa, pero ahora tiene suerte si trabaja dos dĆas por semana en ese sector. Al llegar el RamadĆ”n, ni eso. Por ello comenzĆ³ a trabajar en el puesto de comida.
En Manfalut la mayorĆa de los residentes son jornaleros pobres y quedarse en casa no es posible. En las zonas rurales y pobres de Egipto, mucha gente asume una actitud fatalista ante la pandemia porque dicen que el remedio es peor que la enfermedad. Si el virus llega a esta zona, se esparcirĆ” rĆ”pidamente.
Igual que en tantas otras partes del mundo, las consecuencias de la pandemia son desastrosas para la mayorĆa de los 100 millones de habitantes de Egipto, sobre todo los del sur. Ya antes de que surgiese el virus abundaba la pobreza, agravada por las medidas de austeridad tomadas por el gobierno del presidente Abdel Fattah el-Sisi en el marco de una serie de profundas reformas econĆ³micas.
Antes del brote, uno de cada tres egipcios –unos 33 millones de personas– vivĆan con 1,45 dĆ³lares al dĆa.
LlegĆ³ a ser futbolista tras varios intentos en otros deportes
Mahmoud, de 28 aƱos, tiene un hermano menor. Su padre trabajĆ³ como conductor de autobuses a tiempo parcial pero tuvo que dejar el trabajo por razones de salud. Ćl mantiene a su padre, su madre y un hermano, quienes viven en un ambiente en un edificio de tres pisos que comparten con otras seis familias de sus tĆos.
Mahmoud mostrĆ³ aptitudes deportivas desde pequeƱo. EmpezĆ³ a boxear en un club, luego hizo hĆ”ndbol hasta que los tĆ©cnicos lo convencieron de que dedicase sus esfuerzos a convertirse en futbolista. Se hizo profesional a los 16 aƱos.
āMe dijeron que podĆa ser un buen defensorā, dijo Mahmoud, cuyos compaƱeros lo apodaron āKompanyā, por el excapitĆ”n del Manchester City Vincent Kompany.
Mahmoud, no obstante, dice que Ć©l prefiere a Virgil van Dijk, el zaguero del Liverpool.
Con su aporte su club lidera el campeonato de la segunda divisiĆ³n y Mahmoud espera jugar en primera la prĆ³xima temporada y ser uno de los futbolistas mĆ”s destacados de su paĆs..
Mientras tanto tendrĆ” que seguir trabajando en lo que sea, exponiĆ©ndose al virus. EstĆ” su familia y ademĆ”s hay otra razĆ³n para ahorrar: Mahmoud pensaba casarse en junio.
āNadie estĆ” inmuneā, declarĆ³ el futbolista. āPero la gente como yo y como mi familia tenemos que sobrevivirā.