Los dueños de un camal clandestino que fue clausurado en febrero tras un reportaje de nuestro noticiero, lo volvieron a abrir pese a los sellos de clausura y las sanciones.
Se presume que esta carne, que puede causar serios problemas a la salud, es distribuida en las zonas aledañas a Calderón, al norte de Quito.
Por segunda ocasión y menos de cuatro meses fue clausurado un camal clandestino en el norte de la capital. En condiciones de insalubridad se encontró a cinco reses vivas y dos muertas.
En las imágenes captadas se evidencia que en ese lugar se faenaban a los animales en precarias condiciones .
“Aquí hay un matadero clandestino con animales de dudosa procedencia, el faenamiento se realiza en el suelo y el personal que labora aquí puede servir como contaminación durante la pandemia”, señala Eduardo Tapia, veterinario de la empresa Rastro.
Según las autoridades, los dueños de este camal clandestino están incurriendo en desacato al hacer caso omiso a la clausura anterior.
Al momento del operativo las personas que estaban en el lugar se identificaron como trabajadores y aseguraron que el dueño había salido.
Asimismo, se encontró un camión que la parecer servía para distribuir la carne en Calderón y zonas aledañas.
Al no justificar la propiedad de las vacas, se presume que pueden ser procedentes del robo de ganado y este delito sería sancionado de uno a tres años de prisión.
Por segunda ocasión clausuraron un camal clandestino, los detalles de esta noticia en el siguiente video:
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#TESTIMONIOS |Algunas trabajadoras sexuales con enfermedades no laboran por la pandemia https://t.co/XXV9OMr1wL pic.twitter.com/I9VReR4SS5
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