'Los sueños se trabajan todos los días'; tres historias de niños que lograron su sueño en la adultez

Alberto Astudillo, Camila Cárdenas y Linda Guamán cuentan cómo lograron cumplir los sueños que tenían de niños. Fotos: Cortesía/Teleamazonas.

Autor

Redacción Teleamazonas.com

Actualizada:

01 jun 2025 - 09:47

Alcanzar la montaña, salvar vidas, utilizar una bata blanca. Son los sueños que tuvieron Alberto Astudillo (periodista deportivo y montañista), Camila Cárdenas (paramédico) y Linda Guamán (científica) en su niñez y que lograron cumplirlos.

Cuando se les pregunta a los niños qué quieren ser cuando crezcan, las respuestas suelen brotar con una sinceridad que conmueve: bomberos, veterinarios, médicos, deportistas. Detrás de cada respuesta hay una chispa de ilusión, y una imagen que construyeron con admiración y fantasía.

A medida que pasan los años, muchos de esos sueños se desdibujan entre las exigencias de la vida adulta, las responsabilidades y los cambios de rumbo. Pero hay quienes no soltaron ese deseo inicial y contra todo pronóstico, siguieron el hilo de su infancia hasta convertirlo en realidad.

Esta nota recoge los testimonios de un hombre y dos mujeres que, ya en la adultez, lograron materializar lo que alguna vez soñaron de niños. Historias inspiradoras que muestran que la determinación, la pasión y la fe en uno mismo pueden abrir caminos incluso en los terrenos más difíciles.

Alberto Astudillo, periodista deportivo y montañista aficionado, narra de dónde nació su amor por las montañas, una pasión que lo llevó hasta el Everest, para intentar llegar a la cima. "Mi madre es la responsable de esto", dice el deportista, que recibió el "regalo de la montaña" a los ocho años de edad.

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Camila Cárdenas, de 26 años, cuenta cómo presenciar un siniestro de tránsito en la infancia le ayudó a descubrir su vocación. Aunque la preparación fue desafiante, sostiene que está orgullosa de lo que logró y que honrará su sueño y a su niña interior por siempre.

Finalmente, Linda Guamán, científica e investigadora académica, relata su sueño de vestir una bata blanca. De inicio lo asociaba con ser médico, pero con el paso del tiempo, supo que su vocación era hacer ciencia.

Estos testimonios muestran que sus anhelos no se quedaron atrapados en un cuaderno de dibujos ni en los recuerdos de una niñez lejana. Sus sueños crecieron con ellos, se convirtieron en metas y ahora son su modo de vida.

A continuación sus testimonios:

Alberto Astudillo: 'La primera vez que llegué a la cima lloré como loco'

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"La gran responsable de esto es mi mamá, porque ella nos decía vamos a dar una vuelta y no sabíamos cuánto ibas a caminar, a dónde ibas a llegar, se buscaba cascadas, montañas, ríos, el mar… ella era la que me iba presentando la aventura.

Cuando tenía ocho años me dice: Te voy a dar un regalo especial y me llevó al Cotopaxi, entonces desde que llegué a Limpiopungo fue increíble y me quedé enganchado. Después me fui al Chimborazo y me quedé enganchado.

Siempre había ese sueño de querer llegar a la cima. Entrené toda la vida, pero no es que hacía montaña, sino que hacía fútbol, hacía bicicleta, pero la idea era entrenar para ir al Cotopaxi. La primera vez que llegué a la cima lloré como loco. Mi mamá ya no estaba, le llevé una medalla de la Maratón de Buenos Aires e hice como una ceremonia de eso, para devolverle un poco de lo que ella me había enseñado de la montaña.

Los sueños se trabajan todos los días. Los guaguas, los peques que tienen una meta, tienen que empezar a entrenar poco a poco y ahora vemos que no solo son temas de deporte, sino temas académicos, de pintura, de artes.

A veces no dan el primer paso que es empezar. Jugando me iba a la montaña, jugando empecé a correr y creo que si lo haces de forma lúdica vas alcanzando metas. De pronto te dicen vamos al Aconcagua, vamos; vamos al Everest, vamos… creo que es paso a paso y los niños tienen que jugar a esto, porque cuando es lúdico te impulsa más".

Camila Cárdenas: 'Para cumplir ese sueño viví un proceso exigente y desafiante'

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"Mi sueño siempre fue ser paramédico y poder estar en una ambulancia. Cuando era niña presencié un accidente cerca de mi casa, una persona se cayó de su moto y estaba muy herida. Recuerdo que todos alrededor no sabían cómo actuar, eso me impactó. Yo quería ayudar, pero no sabía qué hacer.

Cuando llegaron los paramédicos para mí fue impresionante cómo actuaron con tanta celeridad, precisión y seguridad. Sentí admiración por ellos y desde entonces me interesó la medicina y el poder ayudar a los demás en momentos de vulnerabilidad. Ese recuerdo me acompaña hasta el día de hoy.

Quise ser paramédico porque me apasiona la medicina de emergencias, aunque sea una profesión exigente física y mentalmente, estoy comprometida a dar lo mejor de mí.

Para cumplir este sueño viví un proceso exigente y desafiante, pero cada día me llena de satisfacción. Cuando empecé a estudiar sabía que la disciplina era la clave para mi formación. En las clases confirmé que esto era lo que yo quería para mi vida.

Después de pasar muchas etapas, subirme a una ambulancia del Cuerpo de Bomberos de Quito fue una satisfacción enorme y el resultado de no rendirme. Voy a dar lo mejor de mí para honrar este sueño que ahora es una realidad".

Linda Guamán: 'Al final cumplí mi sueño de vestir una bata blanca'

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"Lo que yo quería sí o sí siendo niña me veía como médico. Veía esta imagen de vestir una bata blanca. Era lo que yo siempre repetía en casa, que yo iba a ser médico, pero lo asociaba con vestir un mandil blanco.

Estuve tan enfocada en eso desde pequeña, desde la escuela liderando proyectos de ciencias, luego estudiando químico biológicos que en esa época era pensando en voy a ser médica, voy a usar mi bata. Ahora entiendo que yo solo me visualizaba como médico porque no tuve durante la infancia una referente de una mujer con una bata haciendo ciencia.

Quizá si las hubiera visto habría dicho no, yo quiero ser científica y por eso es que quiero una bata y estar en un laboratorio. Ya conforme crecí me di cuenta que sí, que sí quiero usar una bata de laboratorio pero con otros fines y es el de ser investigadora en las ciencias biológicas y eso lo cumplí.

Yo le suelo decir a mi mamá eso, porque me decía: mi sueño era verte con una bata de doctora, y yo le digo, soy doctora con una bata. No soy doctora de humana, soy doctora de bacterias, pero al final hice mi sueño de utilizar una bata de laboratorio.

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