El proceso de vacunaciĆ³n masiva se desarrolla en varias partes del mundo, pero en algunas de ellas se reportan casos en los que aparentemente se rompe la cadena de priorizaciĆ³n
Mientras millones de personas esperan ser vacunadas contra el COVID-19, los miembros de las juntas directivas de los hospitales y sus donantes han tenido rƔpido acceso a las limitadas cantidades de la vacuna que hay por ahora, planteando interrogantes acerca de un posible favoritismo a la hora de decidir quiƩnes son inoculados primero.
El procurador general del pequeƱo estado de Rhode Island, Peter Neronha, estĆ” investigando versiones de que dos cadenas de hospitales ofrecieron vacunas a los miembros de sus juntas. Un hospital del Seattle fue regaƱado por el gobernador del estado de Washington Jay Inslee por dar citas para vacunarse a algunos de sus principales donantes. Y en Kansas, miembros de la junta de otro hospital fueron vacunados durante la primera fase de la campaƱa de inoculaciones, reservada para las personas que mayor riesgo de infecciĆ³n corrĆan.
Hospitales de la Florida, Nueva Jersey y Virginia tambiĆ©n han tenido que responder a preguntas sobre su distribuciĆ³n de vacunas tras inocular a donantes y familiares de sus ejecutivos.
Las revelaciones pueden minar la confianza del pĆŗblico en una campaƱa de vacunaciones ya de por sĆ empaƱada por la escasez de vacunas, enredos con las citas y cambiantes patrones en relaciĆ³n con quienes son vacunados primero.
āQueremos que se vacune a la gente en base a las prioridades, no los privilegiosā, declarĆ³ el portavoz del gobernador Inslee, Mike Faulk. āTodos merecen una oportunidad justa de ser vacunadosā.
Siguiendo directivas del gobierno nacional, cada estado fijĆ³ sus propios criterios para las vacunaciones. La idea es inocular primero a los trabajadores esenciales y a las personas que mĆ”s peligro corren, como los ancianos, los mĆ©dicos y demĆ”s personal que combate el virus, asĆ como las personas mayores de 65 aƱos.
A veces no queda claro si se comete algĆŗn tipo de irregularidad cuando se vacuna a gente que no figura en esas categorĆas. Los criterios varĆan de estado a estado y las autoridades tienen cierto nivel de discreciĆ³n al decidir a quiĆ©n vacunan primero.
El procurador Neronha dispuso investigar el tema cuando el diario The Providence Journal dijo este mes que a algunos integrantes de las juntas de las cadenas de hospitales Lifespan y Care New England les habĆan ofrecido vacunas.
Neronha dijo a la Associated Press el viernes que, de ser cierto, ello plantearĆa serios interrogantes acerca de si la vacuna estĆ” siendo usada como corresponde.
āTodos sabemos que hay mucho en juego. La gente estĆ” frustrada, asustadaā, manifestĆ³ el procurador. āEn vista de la escasez de vacunas, cada dosis es vitalā.
Una vocera de Care New England, Raina Smith, dijo en un email que la cadena cooperarĆ” con los investigadores. La portavoz de Lifespan Kathleen Hart distribuyĆ³ un comunicado afirmando que la cadena habĆa seguido las pautas fijadas por el estado de Rhode Island y que hace poco fue autorizada a vacunar empleados y voluntarios que corren menos riesgos, āincluidos miembros de las juntas, que entran en la categorĆa de voluntariosā.
El Seattle Times, por su parte, informĆ³ que Overlake Medical Center & Clinics le enviĆ³ correos electrĆ³nicos a 110 personas que donaron al menos 10.000 dĆ³lares, diciĆ©ndoles que habĆa vacunas disponibles. Indicaba que debĆan apuntarse como āinvitadosā.
Esto sucedĆa en momentos en que el registro pĆŗblico de Overlake estaba lleno.
El administrador del centro mĆ©dico dijo que la invitaciĆ³n fue una soluciĆ³n prĆ”ctica a la que se apelĆ³ cuando al sistema de apuntes para citas dejĆ³ de funcionar. Overlake suspendiĆ³ las citas por invitaciĆ³n cuando fue contactado por funcionarios de la gobernaciĆ³n y su CEO J. Michael Marsh ofreciĆ³ una disculpa.
La alcaldesa de Seattle Jenny Durkan pidiĆ³ que se tomen medidas para evitar favoritismos. āTenemos la obligaciĆ³n de garantizar que nuestra batalla contra la pandemia no agrava las desigualdadesā, afirmĆ³.
Arthur Caplan, director de Ć©tica mĆ©dica de la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York, dijo que es comprensible que los hospitales vacunen a personal que no trabaja directamente con los pacientes, como los tĆ©cnicos de computadoras. Pero acotĆ³ que vacunar a los miembros de sus juntas directivas genera desconfianza acerca de la distribuciĆ³n de vacunas.
āEs un recordatorio de que si eres rico, tienes buenas conexiones y sabes cĆ³mo explotar el sistema, consigues acceso a cosas a las que otros no pueden accederā, expresĆ³. El favoritismo āse nota a leguas en esto de las vacunasā.
VacunaciĆ³n del personal mĆ©dico, comprometida por intereses particulares
Fred Naranjo, propietario de una aseguradora de San Francisco, miembro de la junta y director de la comisiĆ³n de finanzas del St. Rose Hospital de Hayward, California, se vacunĆ³ antes de la Navidad, junto con algunos trabajadores esenciales y personal mĆ©dico.
Naranjo declarĆ³ a KNTV-TV que no fue su intenciĆ³n adelantarse en la lista de espera. IndicĆ³ que simplemente querĆa ser un ejemplo para la comunidad hispana.
āQuerĆa mostrarle a la gente que hay que vacunarse y que no hay que tener miedoā, declarĆ³. āQue es algo seguro. Que tienen que protegerseā.
El portavoz del hospital Sam Singer asegurĆ³ que Naranjo fue el Ćŗnico integrante de la junta vacunado y que fue inoculado porque visita el hospital a menudo para hablar con mĆ©dicos, enfermeras y pacientes.
En el Santa Clara County de California, al sudeste de San Francisco, mientras tanto, las autoridades sanitarias estaban reteniendo las vacunas de un hospital que ofreciĆ³ inocular a unos 65 profesores y otro personal de una escuela de un barrio acaudalado del Silicon Valley, pasando por delante de los mayores de 65 aƱos y del personal del campo de la salud.
El personal de Los Gatos Union School District recibiĆ³ la semana pasada un email del superintendente Paul Johnson ofreciĆ©ndoles ser parte del proceso de vacunaciĆ³n antes de su turno. El email, divulgado primero por el portal San JosĆ© Spotlight, decĆa que las vacunas eran un reconocimiento a sus esfuerzos para recaudar fondos para 3.500 comidas para trabajadores del sector de la salud del Good Samaritan Hospital y de otra instalaciĆ³n.
Se instruĆa a los profesores que se hiciesen pasar por personal del campo de la salud.
El CEO del Good Samaritan Joe DeSchryver dijo en un comunicado que se habĆa suspendido la vacunaciĆ³n de toda persona que no trabaja en el campo de la salud o es menor de 65 aƱos.
āLamentamos el error que cometimos en nuestro afĆ”n por usar todas las vacunas antes de que expirasenā, declarĆ³.