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Mondo Duplantis, el mejor atleta del mundo: 'Solo estamos tratando de ganar un juego'

Entrevista exclusiva con Mondo Duplantis, saltador de pértiga sueco,considerado por expertos como el mejor atleta del mundo.

El atleta sueco Mondo Duplantis marcó un record histórico cuando alcanzó 6,30m de altura en el Mundial de Tokio.

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Autor

Carlos Arribas

Actualizada:

30 dic 2025 - 12:33

Bahamontes, un manazas que medía a la gente por el tamaño de sus zarpas al estrechárselas mirándoles a los ojos, y cuanto más grandes, mejor deportista, decía, adoraría a Mondo Duplantis, que choca su mano afable, grande, con fuerza, para presentarse, ojos como almendras risueñas.

Hola, soy Mondo”.

Y después, esas mismas manotas que agarran con fuerza pértigas fabulosas antes de clavarlas y doblarlas como nadie más puede hacerlo, manejan rápidas y hábiles los palillos en una comida japonesa a la que le invita en Mónaco Sebastian Coe, presidente de World Athletics.

Lo hace con la misma precisión y agilidad con que el niño Wolfgang Amadeus hacía bailar sus dedos sobre las teclas del clavecín, y no en vano muchos le dicen al sueco que es el Mozart de la pértiga.

Al día siguiente, caballeroso a la antigua, los mismos dedos pellizcan suavemente el tul ilusión del vestido largo de su chica, la modelo sueca Desiré Inglander (“mi futura mujer”), para levantarlo lo justo para que su cola, una nube, no barra el suelo brillante de la gran sala del Yacht Club de Mónaco.

Allí, en cena de gala, el príncipe Alberto le ha entregado el trofeo a mejor atleta mundial del año, uno más.

Duplantis hace todo eso y no deja de ser un camaleón que lo mismo recuerda al Mozart de sonrisa cristalina y cargante de Amadeus, que a un Principito sin apenas cuello de inagotable e ingenua curiosidad en las nubes, que al relajado y enamoradizo Timothée Chalamet, despreocupado, antes de hacerse empolvado guerrero feroz cabalgando sobre gusanos.

Le bautizaron Armand, pero para el mundo, y para él mismo, es Mondo.

“El mejor amigo de mi padre es de Sicilia y empezó a llamarme Mondo cuando tenía cuatro años como forma cariñosa de decir Armando”, explica.

“Sé que significa mundo en italiano y me gusta mucho. Conecta con mi forma de ser”.

El niño prodigio que el Día de Acción de Gracias regresa a su casa en Lafayette (Luisiana, Estados Unidos) y vuelve a saltar en la instalación que su padre y entrenador, Greg, también pertiguista, construyó en el patio trasero para que se entrenara diariamente.

“Fue un momento realmente especial. No había usado la instalación en 10 años por lo menos y sentí que era el momento de volver a ponerlo en marcha”, dice el atleta, que nació en 1999 en Lafayette de padre estadounidense y madre sueca y eligió competir por el país escandinavo.

“Estaba inquieto, necesitaba volver a sentirme casi como un niño y simplemente jugar. Mi abuelo se asustó, se oponía rotundamente, pero tengo la suficiente confianza en mis saltos como para saber que puedo hacerlo”.

Pregunta. ¿Nunca ha tenido miedo?

Respuesta. El miedo es lo que separa a los buenos saltadores de los más grandes. Es ese componente de miedo y la fuerza mental, diría yo, y, por supuesto, tengo un muy buen control de eso, pero creo que en mi mente lo que realmente me separa de otras personas es que sigo siendo sensato y sigo estando muy en sintonía con lo que hago y no soy...

Soy lo suficientemente loco, pero no tan loco como para dejar de pensar. Todavía puedo usar mi cerebro y pensar en las situaciones.

Porque hay algunos saltadores de pértiga que son muy buenos sin miedo, pero son demasiado locos. No piensan, simplemente hacen todo.

Y hay muchos que tienen bloqueos mentales debido al miedo. Pero para mí, no, ese no es mi problema.

P. ¿Dónde nació esa inquietud, esa necesidad de revivir su niñez?

R. Ese patio es el lugar el que despertó todo. Recuerdo ser muy joven, tener cinco o seis años, ser un niño con muchas ambiciones y muchos sueños y muchas cosas que quería lograr, y luego vuelvo allí y salto como la persona que ha logrado todas las cosas que quería cuando era niño…

Todo eso me ayuda a empaparme de todo lo que he sido capaz de hacer.

Contenido publicado el 28 de diciembre de 2025 en El País, ©EDICIONES EL PAÍS S.L.U.. Se reproduce este contenido con exclusividad para Ecuador por acuerdo editorial con PRISA MEDIA.