Más de 8 000 estudiantes de planteles cercanos a cárceles no regresan a las aulas en Quito

Más de 8 000 estudiantes en Quito no regresan a las aulas por su cercanía a centros de privación de libertad tras la declaratoria de conflicto armado interno. Padres de familia indican que los inhibidores de señal dificultan la conexión de internet para recibir clases virtuales.

Marianela, una pequeña de cuatro años, se encuentran en la modalidad no presencial desde hace 20 días. Ella asiste a clases virtuales con una tablet y su madre, tíos o abuelos son quienes le ayudan para que mantengan un constante aprendizaje.

Su escuela está a dos kilómetros de distancia de la cárcel de El Inca, ubicada en el norte de la capital, y por ello se suspendió la presencialidad mientras se analiza el nivel de riesgo para que la comunidad educativa pueda retornar a las aulas.

Sin embargo, la conexión a las clases virtuales resulta complicada porque la niña no se siente cómoda y se distrae con facilidad. Y a esta dificultad se suman los problemas de conexión a la red, pues los inhibidores colocados por seguridad en el centro penitenciario disminuyen la señal.

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La pequeña forma parte del grupo de 8 096 estudiantes que no regresan a las aulas por su cercanía a las cárceles. En Quito, hay siete escuelas y colegios que están cerca de tres cárceles y dos centros de detención de adolescentes infractores.

La Policía Nacional refuerza la seguridad en estas zonas, donde se ubican 24 horas los uniformados y se realizan constantes operativos para identificar objetos peligrosos.

Mientras que los padres de familia solicitan a las autoridades que evalúen el retorno a la presencialidad, redefinan el rango de alcance de los inhibidores de señal para evitar dificultades en las clases virtuales y refuercen los conocimientos cuando regresen a las aulas.

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