Ranas en peligro: ¿por qué son clave para las ciudades?

Actualizado 15:04

Redacción Día a Día |

¿Sabías que unas pequeñas criaturas podrían estar salvando tu ciudad? Aunque a veces solo se las escucha croar o saltar fugazmente entre la vegetación, las ranas son verdaderas guardianas del planeta. En un mundo cada vez más contaminado, estos anfibios cumplen roles esenciales: controlan plagas de insectos, transportan nutrientes entre el agua y la tierra, y funcionan como bioindicadores de la salud ambiental. Si las ranas están presentes, significa que el entorno está sano y eso también es bueno para los seres humanos.

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Quito, una ciudad rodeada de biodiversidad, es hogar de al menos siete especies de ranas. Estas especies, muchas veces invisibles a nuestros ojos, cumplen funciones vitales dentro de la ciudad. Una de las más asombrosas es la Gastrotheca riobambae, conocida como la rana marsupial andina. Esta rana, única en su tipo, lleva a sus crías en una bolsa en su espalda y ha vuelto a habitar quebradas y jardines gracias a esfuerzos de conservación. Su presencia no solo embellece el paisaje urbano, también es una señal de esperanza: cuando ellas vuelven, también vuelve el equilibrio ecológico.

Ecuador es el tercer país con mayor diversidad de anfibios en el mundo, y casi la mitad son endémicos.
Cada rana que salta entre las hojas o canta al atardecer es un testimonio del valor natural que debemos proteger. Cuidarlas es tan sencillo como evitar químicos en los jardines, conservar espacios verdes y, sobre todo, no sacarlas de su entorno. Observa, aprende y protege. Porque al cuidar de ellas, también estamos cuidando de nosotros mismos.

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