Por Redacción Transmedia Digital |
La pérdida de un hijo puede afectar psicológicamente a las familias. Expertos recomiendan activar una red de apoyo para superar la etapa de duelo y rehacer la vida de los padres.
La muerte de un hijo, independientemente de su edad, no se parece a la de ningún otro familiar, sostiene Diana Álvarez, experta en psicoterapia y neuropsicología clínica. Por ello, recomienda a los padres que han pasado por esta pérdida no aislarse, sino acceder a un proceso de acompañamiento para aceptar lo ocurrido.
Explica que es probable que al inicio los padres vivan una conmoción o un bloqueo emocional que no les permita aceptar a muerte. Por ello, es importante que sepan con quienes cuentan a su alrededor para superar esta etapa. Además, menciona que no es recomendable perder el contacto social, sino ampliar la red de amigos, familiares, compañeros de trabajo y la pareja, para sentirse respaldados.
La psicóloga clínica Mayra Díaz, sostiene que no existe un plazo para enfrentar este duelo, sino que dependerá de cómo los padres lo aborden. Recalca que es imprescindible no agobiarse ni sentir algún tipo de presión por parte del entorno social o familiar.
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Ambas coinciden en que es probable que los padres sufran una conmoción inicial o un bloqueo emocional que puede generar aturdimiento. En esta etapa, dicen, es normal no querer responder ante personas o hechos que ocurran a su alrededor.
Apoyo profesional
Uno de los pasos para salir del duelo es reconocer que ocurrió algo grave que afectó emocionalmente a la persona, dice Álvarez. Recomienda que los padres busquen apoyo profesional para obtener las herramientas que los ayuden a superar la pérdida.
La terapia ayudará a transitar con menor dificultad todas las etapas del duelo: negación, negociación, depresión, ira y aceptación. Para las especialistas, es clave asumir las fases y concentrarse en pasar de unas a otras con la mayor seguridad y el menor sufrimiento posible.
Retomar el plan de vida
Álvarez considera que, una vez pasado el duelo, los padres puedan replantear su proyecto de vida. Es decir, en caso de tener una familia o un hogar con otros hijos, concentrarse en ellos y en sus necesidades. Sino, pensar en las nuevas metas laborales o profesionales ya sea en soledad o con la pareja.
Con el tiempo, los padres deben vivir con el recuerdo de su hijo fallecido, pero descubrirán que tienen nuevas oportunidades y planes para el futuro, precisan las especialistas.
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