Lo que para algunos es basura, para otros es un tesoro y hasta ahora era su principal fuente de sustento.
Esto ha sido asĆ para varias generaciones de venezolanos, entre ellos Ronaikel Brito, de 16 aƱos, quien como lo hizo su madre de niƱa y antes de ella su abuela, sale a buscar a diario algo de valor en el vertedero de Pavia, ubicado en una Ć”rida planicie a ocho kilĆ³metros de la ciudad occidental de Barquisimeto.
Una labor complicada
Pero ahora su labor es mĆ”s complicada: la aguda crisis econĆ³mica que golpea al paĆs y la cuarentena de casi un aƱo impuesta para evitar la propagaciĆ³n del nuevo coronavirus redujeron en muchos casos al mĆnimo las actividades productivas y han provocado que los desechos aprovechables sean muy escasos y mĆ”s difĆciles de encontrar.
āLa realidad hoy en dĆa es que ya no se consiguen tantas cosas como antesā, dijo Ronaikel a The Associated Press.
āAndo rebuscĆ”ndome a ver quĆ© consigo, pero no consigo casi nadaā, agregĆ³ destacando que en meses recientes los niƱos y adultos que a diario acuden al āboteā -como llaman al terreno arenoso tamizado de basura- deben dedicar mĆ”s tiempo para encontrar desechos para vender o comida en buen estado para llevar casa o para ser usada como alimento de caballos, chivos o cerdos.
[adrotate banner=Ā»36″]
La reducciĆ³n de basura
Los desechos se han reducido drĆ”sticamente durante la pandemia, particularmente los alimentos procedentes de los restaurantes y mercados mayoristas que figuraban entre los mĆ”s codiciados por los recolectores de basura en Barquisimeto, otrora una prĆ³spera ciudad agroindustrial donde el despilfarro de alimentos era notable.
Anualmente acaban en la basura alrededor del 14% de los alimentos del mundo, segĆŗn cifras de la OrganizaciĆ³n de las Naciones Unidas para la AlimentaciĆ³n y la Agricultura (FAO).
Era mƔs barato comprar cosas nuevas
En Venezuela āademĆ”s de la gran cantidad de alimentos- se desechaban toneladas de envases de aluminio y prendas de vestir ademĆ”s de muebles, estufas y refrigeradores que terminaban en la basura tras presentar algĆŗn deterioro porque era mĆ”s barato comprar cosas nuevas que repararlas.
Pero ahora, por sus elevados costos, esta costumbre parece haber quedado en el olvido.
Crisis
El paĆs sudamericano estĆ” hundido en una profunda crisis polĆtica, social y econĆ³mica que muchos crĆticos atribuyen a dos dĆ©cadas de gobiernos socialistas que han dejado al alguna vez rico paĆs petrolero en la bancarrota.
Venezuela cursa su sexto aƱo de recesiĆ³n y sus pobladores son azotados por los altos precios de los productos fijados en dĆ³lares y los bajos salarios, en medio de una inflaciĆ³n de cuatro dĆgitos que ha condenado a millones a vivir en la pobreza.
La crisis ha obligado a casi cinco millones de venezolanos a irse del paĆs en los Ćŗltimos aƱos en busca de mejores condiciones de vida.
[adrotate banner=Ā»35″]
Mire tambiƩn
La pandemia barriĆ³ con el trabajo de millones de personas en todo el mundo https://t.co/NQzs0fQTEd
ā Teleamazonas (@teleamazonasec) March 10, 2021
Ver a niƱos y adultos hurgar en la basura sobras de alimentos y materiales de desecho que revenden como una alternativa para generar ingresos es una escena cada vez mĆ”s comĆŗn en Venezuela y no se limita, como en el pasado, a los grandes vertederos.
āTienes un aumento de personasā que bajo āotras circunstancias se hubiesen idoā y ahora es impensable, dijo Henkel GarcĆa, director de la firma consultora EconomĆ©trica.
MƔs gente en los basureros
Cada vez mĆ”s gente acude a los basureros en busca de sustento, mientras los recolectores tradicionales consiguen āigual o menosā basura aprovechable debido a que son mĆ”s los que compiten por ella, agregĆ³ el analista.
āEn el lapso de ocho aƱos puede quedar un cuarto del consumo que tenĆamos en 2013, 2014ā, explicĆ³.
Es bastante probable que los venezolanos āestemos tocando fondoā, advirtiĆ³ GarcĆa.
Por la pandemia y āla situaciĆ³n del paĆs, la gente ahorita no estĆ” botando casi nada porque no le da para botar como antesā, dijo Marbelis Brito, madre de Ronaikel y otros siete niƱos, quien ha pasado casi toda su vida cerca del vertedero y a los 5 aƱos comenzĆ³ a ayudar a su madre en la recolecciĆ³n de basura.
Pese a las penurias, el vertedero de Pavia sigue siendo considerado āuna bendiciĆ³nā para Marbelis y agradece vivir cerca del lugar.
SueƱan con una vida distinta
En comparaciĆ³n con otros lugares āaquĆ cualquier cosa se consigue, cualquier cosa comemos, cualquier cosa que salga ahĆā es aprovechable, dijo la mujer de 35 aƱos.
A Marbelis, empero, le gustarĆa que sus hijos se dedicasen a otra actividad. āYo no querĆa que pasaran lo mismo que yoā, pero āel trabajo como recolectores en el vertedero cae sobre ellos como la actividad natural para poder ayudar con el sustento de la familiaā, comentĆ³.
Varias generaciones de familias se han nutrido del vertedero y sus tĆ©cnicas de recolecciĆ³n se transmiten de generaciĆ³n en generaciĆ³n.
En Pavia, donde tambiƩn escasea el agua, los pobladores no le temen al nuevo coronavirus; despuƩs de todo para ellos existen problemas mƔs importantes.
Son pocos los que usan tapabocas, la mayorĆa limpia sus manos sĆ³lo con agua y virtualmente nadie estĆ” pendiente de mantener el distanciamiento fĆsico de 1,5 metros recomendado por las autoridades desde que el 13 de marzo de 2020 se detectaron los dos primeros casos de COVID-19.
Los casos de covid en Venezuela
Hasta ahora en Venezuela se han contabilizado mĆ”s de 143.300 contagiados y casi 1.400 decesos, de acuerdo con el Centro de Ciencia e IngenierĆa de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins.
Los expertos sostienen que el bajo nĆŗmero de casos respecto de otros paĆses de la regiĆ³n, mĆ”s allĆ” de la adopciĆ³n temprana de la cuarentena, se debe en buena medida al aislamiento que vive el paĆs.
Sin temor a contraer coronavirus y como cada dĆa con los primeros rayos de sol, Ronaikel se abre paso por las calles polvorientas del arrabal rumbo al vertedero.
Lleva consigo lo habitual: una barra de metal con la punta afilada, un saco para guardar lo que encuentre y la esperanza de tener un nuevo golpe de suerte, como cuando tres semanas atrĆ”s encontrĆ³ oro entre la basura y ganĆ³ 20 dĆ³lares al venderlo.
Una fortuna en un paĆs donde la mayorĆa de los venezolanos gana en promedio dos dĆ³lares al mes.
AP