«Un femicida también se disfraza el amor de tu vida». «Ni una menos». «No feminicidio». Los mensajes estaban escritos con colores verdes y violetas y eran portados por mujeres que caminaban detrás de la carroza fúnebre que llevaba el féretro de María Belén Bernal, el viernes 23 de septiembre del 2022, en Quito.
«¿Qué le pasó a mi hija?, ¿por qué le mataron a mi hija?, ¿cómo salió escondida?, ¿quién lo hizo?, ¿quiénes son los responsables? No solamente es una cadete, alguien más, muchos más… Que caigan los que tengan que caer», reclamaba Elizabeth Otavalo, madre de María Belén Bernal, víctima de femicidio en la Escuela Superior de Policía, cuyo cuerpo estuvo desaparecido 10 días.
Elizabeth no se separaba de su nieto, hijo de María Belén. Juntos salieron de la capilla ardiente, que desde la víspera recibió a centenares de personas en el Teatro de la Universidad Central del Ecuador. Los dos subieron a una camioneta, detrás de la carroza fúnebre.
En el redondel de El Ciclista, decenas de mujeres recibieron al cortejo y avanzaron en una marcha, detrás de la carroza, hasta el camposanto Monteolivo.
Cerca de las 12:30, familiares y amigos dieron el último adiós a María Belén Bernal. Activistas de organizaciones de mujeres cobijaban a Elizabeth Otavalo con un mensaje que desde el jueves se ha vuelto recurrente: «Ely, escucha, tu lucha es nuestra lucha».
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#ATENCIÓN | El asesinato de #MariaBelenBernal se procesará oficialmente como #femicidio. ¿Cuál es la pena máxima por este delito? ¿Cuáles serían los agravantes? https://t.co/vuaSfqPIVf pic.twitter.com/Zwb4zwFrFe
— Teleamazonas (@teleamazonasec) September 24, 2022