La triste Navidad de una Venezuela en crisis

Las donaciones de juguetes, alimentos y ropa durante las festividades navideƱas son tradicionales en Venezuela.

Pero nunca como ahora la caridad ha sido tan esencial para que muchas familias, incluso las que cuentan con un empleo, puedan poner en la mesa algo de comida, dar un regalo y vestir a sus seres queridos.

A diferencia de antaƱo, el bono legal y obligatorio de fin de aƱo -que solƭa ser el motor financiero de las familias en diciembre- es por lejos es insuficiente.

Esa bonificaciĆ³n, conocida en Venezuela como aguinaldo, solĆ­a anunciar que se aproximaba una prĆ³spera y feliz Navidad, pero ya no.

Un bono que no alcanza

ā€œPara mĆ­ ya no hay Navidad porque sabes, es triste que tĆŗ trabajas todo un aƱoā€, esperas con ilusiĆ³n el bono para ā€œpoderle comprar algo a tus hijosā€ pero ā€œlamentablemente no puedes comprar nadaā€, dijo a The Associated Press Marlei LĆ³pez, una enfermera de 41 aƱos. El salario de LĆ³pez tampoco le permite cubrir sus necesidades bĆ”sicas.

De acuerdo con el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, uno de cada tres venezolanos tiene dificultades para poner sobre la mesa suficientes nutrientes debido a la severa contracciĆ³n econĆ³mica y la larga crisis polĆ­tica.

La mayorĆ­a de los venezolanos tienen un salario de menos de dos dĆ³lares al mes.

ā€œYo cobrĆ© ayer de aguinaldo 3.190.000 (bolĆ­vares, unos 2,38 dĆ³lares) y con ese monto apenas pude comprar un kilo de harina de maĆ­z y unos cuantos gramos de mantequilla para poderle dar a mis hijos la cenaā€, resaltĆ³ LĆ³pez.

El hombre, agradece que sus hijos al menos reciben un almuerzo ā€œdecenteā€ en un comedor benĆ©fico en la barriada pobre de La Vega de Caracas, donde en sus horas libres ayuda a preparar alimentos que se reparten gratuitamente cinco dĆ­as a la semana a cerca de 100 niƱos.

Golpe a los mƔs vulnerables

Las mujeres, los niƱos y los ancianos figuran entre los mƔs afectados por la crisis y cada vez es mƔs urgente que otros venezolanos se sumen para ayudar a los menos afortunados.

ā€œEste aƱo especialmente estamos muy necesitados de la solidaridad de los vecinos, de todos los parroquianos que asisten a esta iglesia para entregar el alimento necesario y los juguetes que requieren los niƱosā€, dijo Ɓngeles Lopez, de 61 aƱos, organizadora de la Olla Solidaria que en los predios de la Iglesia Chiquinquira de Caracas entregĆ³ el sĆ”bado comida y regalos para los niƱos.

La inflaciĆ³n en Venezuela -que cursa su sexto aƱo en recesiĆ³n y cuyo Producto Interno Bruto se espera que caiga 25% en 2020- cerrĆ³ noviembre en 4.000% respecto del mismo mes del aƱo pasado, segĆŗn cifras de la Asamblea Nacional, controlada por la oposiciĆ³n.

El Banco Central de Venezuela acostumbra a reportar los datos oficiales con demoras e incompletos.

Necesidades que no esperan

ā€œNos motivĆ³ mantener esta obra la necesidad tan grande que existe, desde hace tanto tiempo, con las familias hurgando en la basura para conseguir alimentoā€, acotĆ³ LĆ³pez.

Comprar ropa y zapatos tambiĆ©n es un lujo para muchos. ā€œEste aƱo la necesidad tambiĆ©n es sumamente grande de ropaā€.

ā€œEn este tiempo cada dĆ­a es mĆ”s urgente que todos seamos caritativos, misericordiosos… porque la gente estĆ” muy necesitadaā€ insistiĆ³.

La mayorĆ­a de los venezolanos, sobre todo los de clase obrera, consideran que la preparaciĆ³n del tradicional plato navideƱo llamado hallaca -un pastel de harina de maĆ­z relleno de un guiso- estĆ” amenazada.

Debido a que los precios se fijan de acuerdo con su costo en dĆ³lares y existe una constante devaluaciĆ³n de la moneda local e hiperinflaciĆ³n, los productos bĆ”sicos experimentan sucesivos saltos, en particular los alimentos.

Una Navidad sin hallacas

Se estima que muchas familias tendrƔn dificultades para costear una hallaca o no podrƔn comprar todos sus ingredientes, entre los que se incluyen harina de maƭz, aceite, hojas de plƔtano, aceitunas, cebollas, ajƭes, alcaparras, uvas secas y carne de res, cerdo y pollo, entre otros.

Entre los ingredientes mĆ”s costosos, sin contar la carne, figuran la cebolla, que costaba 6.500 bolĆ­vares (0,41 centavos de dĆ³lar) en 2017, cuando el salario mĆ­nimo era 32 dĆ³lares al mes. Ahora, con un salario mĆ­nimo que equivale a menos de un dĆ³lar, el costo de la cebolla supera los 2,69 millones de bolĆ­vares o 2,81 dĆ³lares.

ā€œLa gente no tiene cĆ³mo costearlaā€, dijo Rosa Montilla, una enfermera jubilada de 66 aƱos, mientras calentaba hallacas en un comedor comunitario donde una organizaciĆ³n no gubernamental brinda almuerzos navideƱos para los niƱos.

ā€œNosotros cocinamos aquĆ­ de lunes a viernes para todos esos niƱos… Si esos niƱos no tuvieran ese comedor, imagĆ­nate tĆŗ quĆ© iban a hacer sus padresā€.

Pensiones de pobreza

Montilla tambiĆ©n atraviesa una situaciĆ³n difĆ­cil. Pese a contar con una pensiĆ³n propia del Seguro Social y otra como sobreviviente de su esposo fallecido, ambas suman cerca de un dĆ³lar.

El presidente NicolĆ”s Maduro ha dicho que por intermedio de los programas sociales el gobierno garantiza a ā€œprecios justosā€ la disponibilidad de los ingredientes de la hallaca y el pernil de cerdo -los platillos tradicionales de la mesa navideƱa-.

Pero como ha ocurrido otros aƱos, muchos temen que ese ofrecimiento se sume al cĆŗmulo de promesas incumplidas del mandatario.

Entrega de cortes de cerdo

El aƱo pasado hubo protestas en algunas barriadas por las fallas en la distribuciĆ³n y el hecho de que en vez de la pierna trasera prometida se entregaran pequeƱas porciones de cortes menos preciados.

En medio de este panorama sombrƭo varios hombres, sin mayor recompensa que la sonrisa de un niƱo, recorren la capital venezolana vestidos como Santa Claus en un intento por ofrecer un momento de alegrƭa.

ā€œHe estado rodando por toda Caracasā€, dijo Antonio Prieto, un triatleta de 60 aƱos, quien desde hace 40 aƱos recorre en bicicleta la ciudad semanas antes de Navidad con su traje rojo y una larga barba blanca.

ā€œVoy paseando, voy saludando a los niƱos, les voy viendo las caras de alegrĆ­a a los niƱos y para mĆ­ esa es una satisfacciĆ³nā€, enfatizĆ³.

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