‘No hay límites para triunfar’: la historia de Kiara, Seneida y Marcelo

Los deportistas ecuatorianos con discapacidad a diario nos inspiran, llenan de orgullo y demuestran que no hay límites para triunfar con su dedicación y logros en cada competencia.

Ecuador ha obtenido una medalla de oro y dos de bronce en los Juegos Paralímpicos. Uno de estos logros fue alcanzado por la atleta guayaquileña Kiara Rodríguez.

La deportista de 19 años ha dejado el nombre del Ecuador por todo lo alto. Ella ganó un medalla de bronce en los Juegos Paralímpicos Tokio 2020, pero este no es su único triunfo desde que inició su carrera deportiva en 2018. Kiara, quien tiene paralisis braquial, ha conseguido un lugar en el podio en cada una de las competencias a las que asistido.

«Gracias a la discapacidad he logrado estar donde estoy ahora (…) Me impulsa a seguir adelante» señala con una sonrisa esta gran deportista ecuatoriana.

Ella, por su condición, tiene una movilidad reducida en su brazo izquierdo, pero esto no ha sido un impedimento para prepararse desde los 13 años. Y su constancia la han llevado a representar al Ecuador en 12 países.

Otra ecuatoriana que brilla en el deportes es Seneida Rodríguez. La joven de 19 años, cuyo brazo izquierdo es más pequeño que el derecho, ha ganado varia»s competencias internacionales y nacionales.

Senaida indica que con el deporte acabó con todas las inseguridades que en un momento la atormentaron. Actualmente, su meta es seguir mejorando sus registros y llegar a los Juegos de París 2024.

Los deportistas señalan que la conviviencia en su preparación deportiva los ha convertido en hermanos. Para su entrenador, José Bernardo Valdés, cada uno es una inspiración porque ellos hacen un doble esfuerzo para conseguir sus objetivos.

Marcelo Torres también es motivo de inspiración. Hace siete años perdió una pierna tras un accidente de tránsito. él tenía el 99% de probabilidades de fallecer, pero se aferró a la vida y ahora sueña con participar en los Juegos Paralímpicos.

Él señala que antes del accidente no tenía una motivación, pero «la vida se encargó de enrumbar» su camino y mostrarle sus pasiones y sueños.

Estos tres deportistas han encontrado en su discapacidad una inspiración y motivación para descubrir sus fortalezas.