Cuatro días después de registrarse la muerte de Johana Balladares, una estudiante del Colegio Mejía de Quito que se quitó la vida tras ser víctima de agresiones físicas y psicológicas por parte de sus compañeros, el Ministerio de Educación se pronunció en un comunicado asegurando que no existen denuncias sobre este caso ante las autoridades.
“El 31 de marzo de 2023, el docente tutor reportó al Departamento de Consejería Estudiantil (DECE) Institucional, sobre una presunta situación de agresión a la estudiante por parte de un compañero. Se recomendó a las autoridades del plantel activar las rutas y protocolos, y organizó una reunión con los padres de familia de la víctima y del estudiante agresor con el objetivo de informarles sobre lo sucedido”, dice el texto.
En este sentido, el Ministerio dijo que no se presentó la denuncia del caso por parte de los padres de familia ni tampoco por la Institución educativa. También asegura que seguirán investigando sobre este hecho, para aplicar la normativa y las sanciones respectivas.
[COMUNICADO] Ante el sensible fallecimiento de una estudiante de un plantel del centro de Quito, reiteramos el rechazo a todo tipo de violencia en el sistema educativo y reafirmamos el compromiso de fortalecer espacios escolares seguros. pic.twitter.com/wbcaVmTKLr
— Ministerio de Educación del Ecuador (@Educacion_Ec) April 16, 2023
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La investigación, dicen las autoridades, incluirá todos los acontecimientos irregulares que presuntamente han sucedido al interior y alrededor del plantel educativo y han sido reportados por las familias.
De igual manera, lamentaron la partida de Johana Balladares y se solidarizaron con su familia y la comunidad educativa, e hicieron un llamado a respetar su duelo.
Suceso
El pasado miércoles 12 de abril del 2023 la estudiante del colegio Mejía tomó la fatal decisión de acabar con su vida. Su padre, José Valladares, dijo que su hija fue víctima de maltratos al punto de afectar su movilidad.
De igual manera dijo que su hija, que cursaba el segundo de bachillerato, tenía un cuadro de depresión por las constantes agresiones físicas y psicológicas dentro de su colegio.
El féretro con el cuerpo de la joven fue llevado a las instalaciones del colegio para una capilla ardiente y para recibir el último adiós por parte de sus compañeros de clases y de sus familiares.
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