Los comerciantes en el país optaron por medidas alternativas para no dejar de vender sus productos durante los cortes de luz. En algunas tiendas volvieron a la facturación física, pese a que desde noviembre del 2022 es obligatorio emitir facturas electrónicas, según el Servicio de Rentas Internas (SRI).
Gladys Cedeño, vendedora en un local comercial en el centro de Guayaquil, sostiene que durante los cortes de electricidad se factura de forma física, pues los clientes no desean esperar.
Este tipo de facturación es permitida en casos fortuitos. No obstante, analistas económicos explican que esto genera que el costo de la transacción aumente y disminuyan las ventas. Alberto Acosta Burneo precisa que la facturación manual toma más tiempo y el comprador debe quedarse largos lapsos en las tiendas.
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Frente a ello, el SRI aclaró que las facturas electrónicas pueden emitirse hasta 72 horas, es decir tres días después, de haber realizado las compras. Franciso Briones, titular de ese organismo, señala que este año los comercios pueden emitir hasta el 1% de facturas físicas de las que dieron en 2022.
Para Acosta Burneo esta solución “no es tan sencilla”, pues implica que los propietarios de los locales comerciales impriman nuevamente factureros y capaciten a sus empleados.
El único requisito para facturar de forma física es que los documentos se impriman en las imprentas autorizadas. Las sanciones por la emisión de facturas no válidas pueden ir desde 60 dólares hasta 1500 dólares.