El rol del texto escolar en el proceso de enseƱanza y aprendizaje

El sistema educativo enfrenta uno de los mƔs grandes retos de la historia: reinventarse, adaptarse y garantizar su calidad.

En ese sentido, las instituciones educativas deben implementar planes estructurados, sostenidos en ā€œrocas pedagĆ³gicasā€ que incluyan programas virtuales y vayan acompaƱados de recursos que sean una guĆ­a para docentes, estudiantes y familias.

Planes educativos

Carmen GonzĆ”lez, pedagoga espaƱola de ESO y formadora de profesores en PLE (Entornos Personales de Aprendizaje) ABP (Aprendizaje Basado en Proyectos), PBL (Aprendizaje Basado en Problemas), entre otros; sostiene que los estudiantes de la sociedad de la innovaciĆ³n tendrĆ­an que poder aprender, trabajar, jugar y compartir en prĆ”cticamente cualquier contexto.

Para Magdalena Nemalceff, docente de Bachillerato de un colegio ecuatoriano, las instituciones deben evitar caer en el error de mirar a la educaciĆ³n presencial como sinĆ³nimo de ā€œlibroā€ y a la virtual, limitarla Ćŗnicamente al acceso a Internet.

En ambos casos, lo que marca una diferencia es el soporte en el que se imparte la educaciĆ³n, mas no el fin.

ā€œEstos programas educativos deben responder, sobre todo, a proponer un equilibrio entre lo impreso y lo digital ya que la idea no es que se canibalicen, sino que se complementenā€, asegurĆ³.

Un programa virtual es aquel que contempla un ciclo de aprendizaje pertinente, una metodologĆ­a definida y recursos digitales en el proceso.

AdemĆ”s, un docente capacitado en todo el programa, un espacio virtual seguro que proporcione al estudiante protecciĆ³n ante ciberataques.

TambiƩn, por supuesto, un texto escolar impreso, donde el alumno pueda plasmar sus progresos.

Surge, entonces, la necesidad de un anĆ”lisis en torno a las medidas adoptadas por algunas instituciones que han dispuesto la eliminaciĆ³n del texto escolar.

Ante ello, nace entonces el siguiente cuestionamiento: ĀæEs pertinente prescindir del texto escolar?

El texto escolar

La realidad es que el texto escolar es un mediador, una guƭa que da luces al docente, al estudiante y a la persona que lo acompaƱa en su aprendizaje.

Indica quĆ©, cuĆ”nto y cĆ³mo debe aprender un estudiante, teniendo en cuenta aspectos como la edad cognitiva, el nivel de comprensiĆ³n lectora y los elementos de forma ā€”como la tipografĆ­aā€” que en su conjunto permiten al estudiante mantener la atenciĆ³n y el interĆ©s necesarios para lograr un rendimiento acadĆ©mico Ć³ptimo.

Las pĆ”ginas escolares estĆ”n diseƱadas ā€œa medidaā€ para un estudiante. ā€œCuando se expone a un niƱo a informaciĆ³n que no responde a su edad ni a su realidad y que presenta un vocabulario extenso y complejo, con certeza se producirĆ”n situaciones de frustraciĆ³n y ansiedadā€, asegura Raquel Tamayo, psicĆ³loga educativa.

La parte sensorial es otro punto que se activa con un texto escolar. Estimular los sentidos del estudiante es fundamental.

Cuando un libro interviene en el proceso de enseƱanza, hace que el aprendizaje sea mƔs eficiente, debido a que participan principalmente la vista y el tacto y, en menor grado, el olfato.

La memoria visual ayuda a fijar aprendizajes y el tacto otorga pertenencia, pues es ā€œsu libroā€ el que estĆ” usando, marcando o recorriendo.

En cuanto se refiere al docente, un libro de texto permite optimizar el tiempo de enseƱanza propiamente dicho y le ofrece alternativas variadas para afianzar las habilidades de sus estudiantes.

La generaciĆ³n de recursos educativos responde a procesos marcados por varios factores que complejizan esa producciĆ³n.

No en vano existen equipos expertos que se especializan en estos procesos justamente para asegurar su calidad.

Es por todo esto que el docente debe invertir su tiempo en la enseƱanza y en encontrar mƩtodos y soportes que vuelvan al aprendizaje mƔs productivo, en lugar de buscar y diseƱar recursos que consuman su tiempo.

EnseƱanza y aprendizaje

Vale la pena mencionar que UNESCO en el Informe de Seguimiento de la EducaciĆ³n sostiene que ademĆ”s de contar con buenos docentes, la mejor manera de mejorar la enseƱanza y el aprendizaje es disponer de libros de texto bien elaborados y en cantidad suficiente para que cada niƱo tenga sus propios libros.

Otro factor que debe ser tomando en cuenta con mucha responsabilidad es que los estudiantes tienen distintas formas de aprender.

Los libros respetan estas diferencias, pues las actividades variadas que se plantean estƔn diseƱadas de lo simple a lo complejo.

AdemƔs, proporcionan a los docentes herramientas para identificar las destrezas y aptitudes a reforzar.

En cuanto a la realidad local, los textos escolares diseƱados en Ecuador van acordes con lo que el currƭculo ecuatoriano establece, lo que permite a los estudiantes estar preparados para las evaluaciones que exige el ente rector.

Un estudio realizado hace poco establece que las familias se aferran a los libros como una herramienta.

Los resultados obtenidos indicaron que el 63,9 % de los padres y el 54,6 % de los docentes encuestados consideran que no serƭa positiva una enseƱanza sin libros de texto.

Para Bertha Novillo, madre de familia y trabajadora, ā€œen estas circunstancias de pandemia en que se multiplicaron mis tareas y pasĆ© de solo trabajar en la oficina a tener que atender varias responsabilidades, como quehaceres de la casa, clases virtuales y teletrabajo, valoro mucho mĆ”s la inversiĆ³n en un libro, pues contar con este soporte significa un ahorro de tiempo, sobre todo a la hora de realizar las tareas escolares. En el texto encuentro la informaciĆ³n exacta que necesito y las actividades puntuales que debe realizar mi hijoā€.

Por su parte, Isabel, una niƱa de 7 aƱos; concibe a los libros como un objeto que no necesita conectarse, que no afecta a la vista, como ese elemento que le permite recortar y pintar libremente, que le deja escribir con sus manos, pero, sobre todo, como esa distracciĆ³n que sus padres permiten disfrutar por horas, a diferencia de un dispositivo o un equipo con pantalla, cuyo acceso es limitado y medido.

Mire tambiƩn

Con lo anteriormente seƱalado, queda en evidencia que existen maneras viables de generar un ahorro, formas que no comprometen el futuro de los estudiantes, el desempeƱo de los docentes y el rol de un mentor en el proceso educativo.